martes, 10 de marzo de 2009

Un italiano da y quita subvenciones en el Oeste...

Esta mañana me desayunaba con la noticia. "El País", en su edición digital, habla del gran tema baloncestístico de los próximos meses: la entrada a la ACB de un outsider como el Obradoiro 20 años después. La nota, firmada por Juan Luis Cudeiro y recogida por Pablo Romero en Solobasket, es una llamada a la esperanza para los aficionados de este mítico equipo: hay un acuerdo con un patrocinador (el gran punto de inflexión sobre el que giraban los pensamientos de los seguidores del baloncesto en torno al surgimiento del Obradoiro) y ya hay reuniones planificadas con el nuevo presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijoo, de cara a sumar apoyos.

Toda la gente que comenta esta mañana la noticia piensa en ese contacto con el presidente electo como una confirmación de que el proyecto del club compostelano va a salir adelante. Sin embargo, aquí Feijoo no pinta mucho: ni tan siquiera Fraga, Rajoy o cualquiera que esté por encima suyo. En Galicia, desde hace unas semanas, las subvenciones podrían corren a cargo de un italiano, por curioso que parezca.


El Leche Río Breogán ha ganado enteros (chascarrillo facil, alejate de mi mente) con la llegada de un Andrea Pecile muy ilusionado con el proyecto. Un jugador que conoce la LEB, que sabe lo complicado que puede ser conseguir un ascenso (luchó a brazo partido y fue una de las figuras en la vuelta del CeBé a la ACB) y, aunque solamente ha jugado un partido, su fichaje sacudió el mercado LEB en la última jornada para cerrar contratos. Pecile le dará alas al Breogán y le coloca en primera linea de cara a la fase de ascenso a la ACB (y todavía hay opciones de irse a por el ascenso directo, en manos del Lucentum).


La intervención de Andrea Pecile convierte esta historia, sin querer, en un "spaghetti western". Ayer oía a Angel de la Cruz, director de "Los Muertos van Deprisa" y gallego de pura cepa, decir que su tierra recuerda al Oeste norteamericano (no en vano, Galicia es uno de los puntos ubicados mas al oeste del continente). Amigos gallegos también me confirman la idea, mas orientada a lo humano que a lo geográfico: envidias a los que se enriquecen rápido, historias privadas que se convierten en vox pópuli a los cinco minutos y, sobretodo, rencores ante los favores. La historia política de la Galicia postfranquista, regida por Fraga, cambió con la llegada de Touriño y el BNG para convertirse, cuatro años después, en mas de lo mismo pero con diferente color. Ante eso se plantó Nuñez Feijoo y así consiguió la victoria. El caso es que lo que tenía delante de su cara no era ni mas ni menos que un espejo: la política en Galicia no va a cambiar por mas que él lo quiera. Y lo peor, es que se dará cuenta cuando llegue el momento de hablar de baloncesto.

El recibir al Obradoiro le traerá quebraderos de cabeza al popular: si el Breogán asciende, los lucenses también querrán una parte por llevar el nombre de Galicia por el mapa ACB. Al mismo tiempo, llamarán a su puerta los directivos del Beirasar Rosalía, otro de los referentes gallegos en los últimos años, ahora en crisis por falta de patrocinios y apoyos. Y si nos paramos a mirar lo que ocurre con el Club Ourense Baloncesto (otro mítico en problemas) la situación se torna complicada para cualquiera. Además, habrá que mirar lo que ocurra precisamente en Santiago de Compostela: el Rosalía a punto de desaparecer, el Obradoiro resurgiendo y una vieja rencilla con el Concello relativo a un ascenso que Docobo destaca y que supongo que recordará en posibles reuniones.

Y en medio de toda esta sucesión de hechos, Koke Rama. No se, es que yo pienso en baloncesto y Santiago de Compostela y es lo único que me viene a la mente. Longevo tirador, sigue demostrando su valía. Por ahí anda, en el Vipecon Basket Xiria de la Liga EBA. A su salud, maestro... y no deje que le vacilen los niños.

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