jueves, 25 de diciembre de 2008

Lo que el mundo del baloncesto le debe a Murray Rothbard...

Llevo muchos días dandole vuelta al tema. Yo diría que incluso meses, dado que antes de irme de vacaciones me vino a la mente el asunto. Quiero tomarme unos cuantos días en estas vacaciones (que si viajes a ver partidos, días de descanso y fiestas) para reflexionar sobre como el baloncesto no es otra cosa que anarcocapitalismo en estado puro, tratar de encagar piezas y buscar los ejemplos que mejor expliquen, dentro de nuestro campo, el funcionamiento de esta teoría.


El tipo que sale encima de estas lineas es Murray Rothbard, economista norteamericano que sentó las bases del movimiento. El caso es que, como tanta gente en este mundillo, se movio entre las distintas corrientes políticas, desde la izquierda que surgía a principios de los sesenta en Estados Unidos para alinearse, años después, a los gérmenes del neoconservadurismo norteamericano. Como toda la gente que se movió en este mundillo, habrá hecho muchisimas mas cosas que las que se reseñan habitualmente en sus biografías y reseñas bibliográficas. Sin embargo, me gustaría quedarme con una de esas cosas por las que se le recuerdan.

Esto no es otra cosa que la "Ley de Rothbard": no se trata de un planteamiento complicado, ni de una demostración de que una acción A produce un resultado B; es un tema muchisimo mas sencillo y que, a cualquiera, puede sonarle familiar. Según el autor, una persona de otro talento se especializa y se centra en un área en la que es más débil o, en palabras mucho mas cristianas, cada uno se especializa en lo que es peor. A nadie le sonará ajeno esto: nuestro deporte está lleno de gente que es inutil en su trabajo, que podría aplicar sus conocimientos a otras labores para hacer de su equipo algo mejor y, aun así, siguen en sus cargos cometiendo un error tras otro.

Pero bueno, que os voy a decir yo que soy un intrusista. Lo dicho, en los próximos días empieza la serie "Baloncesto y Anarcocapitalismo 101". Espero que os guste.

2 comentarios:

Pirrimarzon dijo...

Interesante artículo. Estoy deseando leer la serie, y debatir sobre el tema. Si te digo la verdad, creo que a tu planteamiento le falta consistencia, porque no participas del concepto de "coste de oportunidad", es decir, partes de la base de que las cosas son inamovibles a pesar de los errores (que comenten directivos y demás), pero te falta añadir que cuando repetidamente se hacen mal las cosas, el transcurso de los acontecimientos tiende a devolver la naturalidad a la situación.

Me explico: si tienes a una persona que desempeña la función A en un organigrama, y podría desempeñar B con mejor rendimiento, tarde o temprano terminará desempeñando B, por propia inercia de la situación.

Espero leerte en breve.

Saludos navideños

Fernando Gordo dijo...

Si lo que buscabas era causar intriga entre tus lectores lo has conseguido. Tengo ganes de que comiences a desarrollar tu teoría y cuando tenga más conocimientos sobre el tema me atreveré a vertir mi opinión.

Un saludo