viernes, 9 de enero de 2009

ACyB (I): Jordi Bertomeu, el pionero...

Ante todo, pido disculpas por el retraso: diversas coyunturas de tipo personal y laboral me han impedido, en uno y otro momento, dedicarme a darle rienda suelta a la tecla en esta especie de aproximación teórica al anarcocapitalismo en terminos de baloncesto (de ahí el nombre "ACyB", mucho mas corto y directo que el ladrillo de título que tenía pensado poner). Bien es cierto que hoy, en la primera parte de este análisis, debería concentrarme en el porque de mi planteamiento: que me lleva a relacionar estos ámbitos, en que aristas se tocan exactamente y el hecho de porque ambas son impracticables (aunque en esa parte me estaría adelantando al final); sin embargo, he preferido diluir toda esa explicación a lo largo de los diversos capítulos (no tengo decidido ni cuantos serán porque, mas que nada, no tengo ni masticado bien el tema) y sumergirme, de primera, en el análisis de la figura mas anarcocapitalista del planeta basket, el señor Jordi Bertomeu.




Quizá la sentencia con la que cierro el párrafo anterior deje a alguno con la boca abierta y hasta llegando a soltar un "hala lo que ha dichoooooooo" muy infantil; pero si de verdad nos fijamos en lo que es el anarcocapitalismo en el sentido mas estricto del término, veremos como no es mas que un reflejo de su accionar. El anarcocapitalismo es "una forma de anarquismo de mercado que promueve el derecho de propiedad privada y el mercado libre capitalista (en el sentido de libre de interferencia estatal) como la forma justa y efectiva de organizar todos los servicios en lo económico, y en lo jurídico promueve los contratos voluntarios definidos por la ley policéntrica como un mecanismo universal para resolver los conflictos, mediante jurisdicciones de justicia y protección competitivas entre sí". En resumen, el anarcocapitalista rechaza a las instituciones de caracter intervencionista en cualquier aspecto de la vida que no requiera necesariamente dicha actitud. La presencia de Bertomeu en el desarrollo de los dos modelos que mejor se aplican en Europa a este planteamiento teórico es, de este modo, seña de identidad de su manera de hacer baloncesto.

Bertomeu no formó parte del selecto grupo de "matronas" (Eduardo Portela, Josean Gasca y otros) que ayudo a nacer allá por 1983 a la ACB; sin embargo, el avance de la Liga española hacia cotas cada vez mas altas y su accionar tras los hechos ocurridos en 1997 en aquellas "Vacaciones en Roma". El basket patrio ya estaba un poquito hasta las narices del mundillo FIBA tras el oscuro devenir visto en la "Ciudad de la Luz" (si uno lee las crónicas de la época, verá el enfado del vicepresidente Joan Gaspart, que amenazaba con denunciar a los mas altos estamentos FIBA y, para mayor escarnio, ordenaría una reproducción de la Copa de Europa para los suyos). En esa final a cuatro a la romana ocurrirá un hecho, protagonizado por el esloveno Marko Milic que desencadenaría el proceso (algo que explica de maravilla Ramon Trecet en su blog de Marca: no es santo de mi devoción, pero hay que reconocerlo cuando la gente lo hace bien).




De ahí que uno vea que el aura de Bertomeu y su capacidad para hacer del baloncesto "un deporte sin fronteras" (en el sentido de no regirse ante la presión de ningún ente estatal o de OIG's del basket) le haya llevado a extremos tales como los que Trecet relata y que se refieren, como no, a la famosa "espantá" que vivimos pocos días antes del inicio de la ACB (remember...). Ahora, lo que dice el periodista nos lleva a preguntarnos otra cosa: si Bertomeu creció a la sombra de Portela, ¿porque le planta cara? Aquí, amigos, entra otra de las máximas del sistema y que puede resumir la actuación a lo largo de la última década de Bertomeu y que marcará los acontecimientos venideros...

El axioma básico de la teoría política libertaria postula que cada hombre es dueño de sí mismo, en posesión de soberanía absoluta sobre su propio cuerpo. En efecto, esto significa que nadie puede invadir o agredir justamente el cuerpo de otra persona. Se sigue entonces que cada persona posee justamente cualquier recurso, previamente sin dueño, de la que esta se apropie o que "mezcle con su trabajo". A partir de estos axiomas gemelos --Propiedad sobre sí mismo y la apropiación originaria-- se construye la justificación para el sistema entero de títulos de propiedad en una sociedad de libre mercado. Este sistema establece el derecho de cada persona a su propia persona, el derecho a donar, dar en herencia (y consecuentemente el derecho a heredar) y el derecho al intercambio contractual de títulos de propiedad.

Palabra de Rothbard...

1 comentario:

Pirrimarzon dijo...

Vale, reconozco que no sabía por donde ibas cuando nos adelantaste la famosa ACyB. Además, te alabo el gusto por hablar de estos temas menos recurrentes en foros y blogs. Me ha picado el gusanillo (metafóricamente hablando) y ahora voy a por la segunda parte.

Saludos