El viernes me perdí un acto bastante peculiar, que llamaba la atención por su trascendencia económica, por su peso específico de cara a los próximos años y, por encima de todo, porque había cerveza gratis. Mahou/San Miguel firmaba su contrato de vinculación con el MMT Estudiantes, convirtiéndose en el “distribuidor oficial” del conjunto colegial de su marca mas vinculada con el baloncesto, San Miguel 0,0.
Que nadie se confunda, esto tiene bastante que ver con el baloncesto. Luis Casimiro, tras el partido contra el Madrid, decía que había que sacrificar algunos aspectos del juego para llevarse otros. En el derby dejó a Felipe libre en la segunda parte (cuando el pivot cordobés se hinchó a puntos y rebotes) para tumbar a sus compañeros. Pues bien, en este caso el conglomerado cervecil (si, me compré las cintas de adelgazar de Homer Simpson) apuesta por centrarse en los pequeños y dejar al grande actuar por su cuenta.
No han sido la única marca que ha apostado por esta estrategia. Ya desde el año pasado Renfe ha firmado acuerdos individuales con numerosos equipos ACB, algo que ha copiado (además de San Miguel 0,0) Orange. En mas de un campo me he encontrado publicidad de una y otra, algo que no ocurría cuando todas esas marcas basaban su implicación en el mundo de la canasta únicamente en formar parte del grupo de “patrocinadores oficiales ACB”. ¿Que lleva a estas marcas a cambiar sus estrategias?
No hay nada ilegal detrás de esta práctica: si existiese algún tipo de delito relacionado con el ahorro, todos seríamos culpables. San Miguel, Orange o Renfe pueden ahorrarse un buen dinero si apuestan por darle un poco a cada equipo en vez de utilizar una gran cantidad para que luego sea la ACB la que lo distribuya. Ya se sabe lo que ocurre con el que parte y reparte: los porcentajes se reducen, el dinero queda limpio para los clubes y así todos contentos. ¿De verdad la cosa es así? Pues creo yo que no...
De esos patrocinadores, dos (Renfe y San Miguel) acaban su vinculación contractual con la Liga, que ahora deberá buscar nuevas fuentes de ingresos.
Algunos pensarán que la Liga hizo su negocio con estos acuerdos, repartiendo los beneficios entre los socios (ojo, estamos “pensando bien”: igual ese dinero es todo para la ACB), pero ocurre todo lo contrario. Las marcas han aprovechado esta situación para grabarse en la mente del aficionado (acordaros: ACB es Alcatel, Campofrío y Burger King) e invertir en patrocinios concretos. Lo que tenemos claro es que han conseguido meterse en la cabeza de todos: solamente hay que pensar que número lleva en su camiseta Rodrigo San Miguel...
Lo habéis pillado. Mágico, ¿verdad?
PD: ¿Que pinta "Muchachada Nui" con esto? Nada, pero me mola el tema... y encima te ahorras un paston.
5 comentarios:
No soy arquitecto, no soy constructor...
Baloncesto con fatatas es el nuevo eslogan...
Es que no sientes los colores del Estudiantes!! Jajaja. Grande Rafaldo!!
Joder, Salas, no eres rápido ni na! He entrado a ver un enlace y veo de coña el comentario... xD
Tómatelo como un elogio hacia tu persona y hacia tu forma de escribir.
Saludos
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