El Imperio está perdiendo terreno a pasos agigantados. Su deporte, la disciplina en la que ellos tienen que dominar de punta a punta, se ha convertido en su Talón de Aquiles. Si, señores, el baseball norteamericano está haciendo el ridículo en estos Juegos, con derrotas contra dos selecciones como China y Cuba. La guerra asimétrica, algo que ha definido de maravilla Jorge Vestrynge, aplicado al deporte.
Lo singular de esta circunstancia llega cuando pensamos en lo que significa el baseball en los Estados Unidos: no sólo es “el deporte nacional”, sino una manera de ejercer su dominio sobre otros países. ¿En donde se juega al baseball?: Japón, Cuba, Puerto Rico, Taiwan... todos países en su momento conquistados o dominados por los States. ¿Se equiparan las fuerzas? Para nada: cada uno aplica sus pros frente a los contras del rival. Tan sencillo como esto, algo que definió hace un tiempo Matthew Yglesias en “FreeDarko” y que, para mi, es de obligada lectura.
Sin embargo, esto ya no es aplicable al baloncesto: las asimetrías se acabaron hace tiempo, ya nadie se hace fotos con el “Dream Team” y ahora mismo, son muchos los equipos que pueden medirse de tu a tu sin hacer el ridículo con las grandes selecciones. En ese sentido, se han acabado las sorpresas, porque ya nadie quiere colocarse el cartel de sorpresa. Todos sabemos que no existe “el equipo perfecto”: ahora, lo que existen son equipos mas o menos perfectos. En estos Juegos Olímpicos se está viendo que no gana el que ve la viga en su propio ojo, sino el que encuentra antes la paja en el de los otros once conjuntos.
Así, con este panorama, ganan los que ganan: los que aplican al máximo sus características, los que no reservan en ningún momento y muestran sus armas en cada lance. Solamente pisa el acelerador el que puede: el que no, tira de táctica. Cuando hay Panzers en el campo de batalla, poco importa una táctica envolvente, una presión asfixiante o la biblia en verso. El Imperialismo no muere cuando surgen otras potencias: ante la aparición de grandes rivales, es cuando muestran su mejor cara.
Estados Unidos no afloja ni un minuto: marcó diferencias frente a todos sus rivales, pero fue precisamente ante el actual campeón del mundo cuando enseñó su mejor cara. España es un gran equipo, pero afloja: un pecado cuando hay jugadores y talentos para no parar. En los amistosos se iba en esta dinámica, pero en el torneo se ha bajado el pistón, esperando quizás a los momentos mas duros. El caso es que los momentos duros empiezan en la ceremonia inaugural y acaban en el podio.
PD: Al César lo que es del César. Le debo dos cafés a Quique Peinado.
Lo singular de esta circunstancia llega cuando pensamos en lo que significa el baseball en los Estados Unidos: no sólo es “el deporte nacional”, sino una manera de ejercer su dominio sobre otros países. ¿En donde se juega al baseball?: Japón, Cuba, Puerto Rico, Taiwan... todos países en su momento conquistados o dominados por los States. ¿Se equiparan las fuerzas? Para nada: cada uno aplica sus pros frente a los contras del rival. Tan sencillo como esto, algo que definió hace un tiempo Matthew Yglesias en “FreeDarko” y que, para mi, es de obligada lectura.
Sin embargo, esto ya no es aplicable al baloncesto: las asimetrías se acabaron hace tiempo, ya nadie se hace fotos con el “Dream Team” y ahora mismo, son muchos los equipos que pueden medirse de tu a tu sin hacer el ridículo con las grandes selecciones. En ese sentido, se han acabado las sorpresas, porque ya nadie quiere colocarse el cartel de sorpresa. Todos sabemos que no existe “el equipo perfecto”: ahora, lo que existen son equipos mas o menos perfectos. En estos Juegos Olímpicos se está viendo que no gana el que ve la viga en su propio ojo, sino el que encuentra antes la paja en el de los otros once conjuntos.
Así, con este panorama, ganan los que ganan: los que aplican al máximo sus características, los que no reservan en ningún momento y muestran sus armas en cada lance. Solamente pisa el acelerador el que puede: el que no, tira de táctica. Cuando hay Panzers en el campo de batalla, poco importa una táctica envolvente, una presión asfixiante o la biblia en verso. El Imperialismo no muere cuando surgen otras potencias: ante la aparición de grandes rivales, es cuando muestran su mejor cara.
Estados Unidos no afloja ni un minuto: marcó diferencias frente a todos sus rivales, pero fue precisamente ante el actual campeón del mundo cuando enseñó su mejor cara. España es un gran equipo, pero afloja: un pecado cuando hay jugadores y talentos para no parar. En los amistosos se iba en esta dinámica, pero en el torneo se ha bajado el pistón, esperando quizás a los momentos mas duros. El caso es que los momentos duros empiezan en la ceremonia inaugural y acaban en el podio.
PD: Al César lo que es del César. Le debo dos cafés a Quique Peinado.
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