Estaba yo dando una vuelta por el foro del Estudiantes (todo hay que decirlo, uno de los mejores en cuanto a nivel de los usuarios, temas y contenidos -con su biblioteca multimedia- del mundillo) cuando me encontré de frente con una situación que merece su análisis. En un post que analiza durante toda la temporada el mercado (no solo el ACB, sino que toca también otras ligas) se preguntaban la razón por la cual en este curso un número importante de buenos jugadores sudamericanos cogiera las de Villadiego y regresaran a su continente cuando por nivel podrían fichar por conjuntos del nivel de la Euroliga.
Casos como el de Federico Kammerichs o Alejandro Montecchia podrían verse venir: son jugadores de reconocido nivel, pero veteranos al fin y al cabo. En cambio, sorprende ver a gente como Alex García y Esteban Batista (que no superan los 25) fichar por equipos que disputan una competición como el Torneo de las Américas (a la que no hay que quitarle méritos, vale, pero no deja de ser una competición menor para jugadores de este nivel). Podríamos pensar que este retorno se da por falta de ofertas, pero vemos que muchos equipos de Euroliga buscan interiores de cara a una fase decisiva como el Top-16.
¿Que explica esta tendencia? El año pasado hablaba de que el mercado chino se vería beneficiado por los grandes veteranos de la NBA y, hasta ahora, hubo dos amagos de figuras ya retiradas y el único aliciente con cierto nivel que ha puesto rumbo a Oriente es Bonzi Wells. Aquel fue un pronóstico válido, pero que se enfrentaba a una serie de muros infranqueables (o no: si quieren potenciar el mercado, que le hubieran puesto un blog a Bonzi en el que hable maravillas de China, de la cantidad de balones que se jugaba y lo feliz que era sintiendose el centro de atención), como lo hubiese sido decir que muchos jugadores volverían a las ligas latinoamericanas.
Igual de dificil de pronosticar esta tendencia lo fue para los economistas hablar de un período de crisis como el que tenemos enfrente. Esa recesión, desaceleración o el palabro que toque desgastar esta semana y la manera que diferentes grupos que forman parte del proceso se enfrentan a ella nos pueden ayudar a entender este proceso. Nos va a ayudar un argentino bastante reconocido en su mundillo: no, no es Manu Ginobili, es Guillermo O’Donnell.
En “State and Alliances in Argentina” (1978), O’Donnell habla de lo que ocurre en momentos puntuales en el país sudamericano. En este caso concreto, la continuidad de un sistema político se justifica en las alianzas que ofrezcan la mejor alternativa a la élite dominante, la burguesía urbana. Un sistema democrático fomenta las alianzas de estos con las clases urbanas con la intención de fomentar la economía de mercado. El caso es que se acaba sobrevalorando la moneda y el producto nacional, que en calidad y competitividad no puede con la extranjera... y ahí la alianza cambia: de un grupo dominante de caracter urbano se pasa a un dúo de intereses burgueses. Los que hacen negocios tanto en la ciudad como en el campo prefieren un sistema estricto y autoritario que al menos les garantice su pedazo de pastel.
Esa burguesía urbana son los jugadores y agentes, los que saben que vayan donde vayan tendrán el control de la situación. ¿Hay que potenciar una liga? Ahí estan aportando nivel y salariazos, negocios redondos. ¿Que el baloncesto nacional pierde interés, que los jugadores están perdiendo terreno frente a la calidad extranjera? Pues ahí estan esos mismos para hacer huelgas, para solicitar convenios que garanticen la continuidad de su capacidad de influencia.
Las situaciones de crisis en el mundo del baloncesto no distan mucho de las que se ven en el mundo real. El caso es saber identificar quien tiene la sarten por el mango, quien puede hacer algo y quienes nada mas pueden sentarse a verlas venir.
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