viernes, 3 de octubre de 2008

Revoluciones, apariencias y Fuerza G




Me he levantado esta mañana y lo único que ha cambiado es que hoy hace frío. Me dicen que hoy todo puede cambiar, que las voces de los desfavorecidos se alzarán frente a los privilegiados, que por fin el pueblo “oprimido” de nuestro baloncesto romperá las cadenas y pondrá a los poderosos “en el lugar que les corresponde”. Vamos, una revolución en toda regla.

Un colega me lo comentó el otro día y no terminaba de creérmelo. Hoy, después de mucho pensarlo, sigo sin creerlo. Que Pamesa y Unicaja (como “tercer estado” ACB) salgan a liderar el movimiento para plantar cara a los separatistas no es nada extraño: son los principales perjudicados por el nuevo proyecto de la Euroliga. El punto mas relevante es la manera en la que intentan conseguir apoyos: no solo como bloque frente al nuevo sistema de la Euroliga, sino como contrapunto a la reducción de la ACB.

Las apariencias, amigos, siempre engañan: ante la reducción no hay marcha atrás posible. Es algo acordado con Federación y ABP y que la ACB firmó tras llegar a un acuerdo todos sus miembros. Los que votaron a favor de eso necesitan de los que están en contra, de ahí la referencia a un tema, para mi, intocable ya. Desde el momento en el que, entre las exigencias del G14, se incluye lo de mantener la Liga en 18 equipos, las categorías saltan a la vista. Que en esa reducción pueden estar perjudicados Unicaja, Pamesa, Granada o Fuenlabrada, vale... pero a quienes les preocupa dicha reducción es a unos, no a todos.

Las voces que hoy hacer referencia a la famosa reunión (las que vienen de la Costa del Sol y del Mediterráneo en su mayoría) la plantean como un acontecimiento único, destinado a variar el curso de la competición como en su día fue la creación de la ACB (con Bertomeu a la cabeza, que casualidad). Haciendo un paralelismo con un estreno de hoy, lo ven como “Batalla en Seattle”, esa peli que mira desde una óptica demasiado buenrollista (a mi parecer) los sucesos del 99. Quieren ponerse en un lugar privilegiado en el libro de historia. En realidad, es mas como “Attack the G8 Summit”: chocante, surrealista y que genera mas pena que esperanzas.

De ahí que pensemos precisamente en la letra G y lo que ello implica. No es cosa del Comando, los Hombres, ni siquiera el Punto: es cosa de fuerza, de Fuerza G. Nuestro baloncesto se está comportando como la economía: venimos de un proceso de crecimiento constante y estamos viendo como, a unos cuantos metros, está el muro. En vez de luchar por desviar la trayectoria, habría que empezar a prepararse para el golpe. Unos y otros, porque el golpe llegará tarde o temprano.

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